Por: Gabriela Martínez E.
Después de 5 días de debate intenso en la Cámara de Diputados sobre el Presupuesto de Egresos 2022, a la postre prevaleció la razón frente a la cerrazón.
La maratónica sesión expuso la renuencia de los partidos del viejo régimen por aceptar la realidad de un nuevo México, exhibió la tenaz oposición que tienen por una transformación de la vida pública y el desacuerdo por un país más justo, democrático e incluyente que proponen el Presidente Obrador y Morena.
Desde que inició la sesión en el Congreso para analizar y aprobar el Presupuesto de Egresos para 2020, la oposición, esa minoría que fue privilegiada por mucho tiempo a costa del dinero del Pueblo, fue apasionada y provocativa. No solo alargaron el debate innecesariamente, sino que hasta presentaron ante la prensa su proyecto alternativo de presupuesto.
Pero, antes de revisar esa propuesta, ¿qué es el Presupuesto de Egresos? Es el documento de política pública elaborado por el gobierno federal en donde detalla cómo distribuirá el dinero público durante todo un año. Ahí se establece cómo se reparten los recursos en todo el país: cuánto se le asignará a instituciones, gobiernos, obras y programas sociales. Por eso es tan importante.
Dicho lo anterior, lo que vimos en casi 100 horas de análisis y discusión de diputadas y diputados fue la disputa de 2 proyectos de nación: por un lado, estuvieron los políticos hostiles a quienes les sonrió el régimen corrupto del pasado bajo el nombre Va Por México, y por otro los diputados que impulsamos el proyecto de la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
Los diputados de la transformación impulsamos que no haya moches como antes había, que el reparto del dinero público beneficie a millones de familias a través de programas sociales y que los recursos sirvan para garantizar la salud, educación, desarrollo y bienestar del Pueblo.
¿Qué proponían los diputados de Va por México? Reducciones del 50 por ciento de recursos a megaproyectos como Tren Maya, Refinería Dos Bocas, Corredor Interoceánico y el Aeropuerto de Santa Lucía. Ajustes de 14 mil millones pesos al Programa Sembrando Vida, entre otros absurdos.
Decían los diputados promoventes de la ocurrencia que estos cambios eran para reactivar la economía y generar empleo, pero lo cierto es que las obras del Gobierno Federal que querían afectar ya generan más de 250 mil empleos y detonarán la economía del país en el corto plazo.
Los diputados del viejo régimen, aunque no lo digan, lo que pretenden es que fracase el proyecto del Presidente Obrador para volver a su paraíso de privilegios, moches y corrupción. En cambio, la postura de los diputados de la 4T es clara: el dinero es del Pueblo y para el Pueblo, y en consecuencia actuamos.
Al final, para bien de las y los mexicanos, nuevamente ganó la Cuarta Transformación y perdió la representación de la decadencia a pesar de su resistencia.